El març de 2013, la Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu i l’Associació valenciana del còmic (ASOVALCOM) van organitzar la mostra Un siglo de tebeos. Retrospectiva de la historieta en la Comunitat Valenciana (1913-2013), exposició que pretenia donar a conéixer la riquesa del còmic valencià, des dels seus orígens fins a l’actualitat, repassant els seus autors, personatges i editorials i mostrant la seua evolució. En aquella ocasió vaig ser un dels afortunadíssims autors que van veure la seua obra exposada en la mostra. L’any passat (el 2015), l’esforç dels amics d’ASOVALCOM va donar fruit en la publicació d’un extraordinari catàleg que repassa l’exposició i que conté, a més a més, una secció d’entrevistes a notables autors valencians, entre els que em feren l’honor d’incloure’m. He pensat que, potser, seria interessant recuperar aquella entrevista (que em va fer el grandiós Ricardo Engra) en la que em mostre (com sempre) sense filtres: sincer i destrellatat a parts iguals!
-¿Cómo empiezas en el mundo del cómic? ¿Influye tu decisión de dedicarte al mundo del arte que en tu casa la cultura esté tan presente? Recordemos que tu padre tiene una intensa relación con la cultura valenciana.
Lo cierto es que empiezo en el mundo del cómic en el quiosco que había debajo de la casa de mi tía Pilarín, de la mano del Spiderman, La masa y los Vengadores, de Ediciones Forum. Ahí me atraparon y ya nunca pude escapar… El paso a “protoautor” lo hice en fanzines (Rol con Don, Los últimos del barrio, Moixama), tanto en el instituto como en los primeros años de Bellas Artes. “Fanzine” es una palabra que no describe aquellas descacharrantes grapas maquetadas con Pagemaker y fotocopiadas en la papelería del pueblo…
Mis padres. Ese es un tema a parte. Por temas de marketing y publicidad, me gustaría poder decir que soy un rebelde de rojiza melena al viento con una tormentosa relación con mis padres (queda muy de chico malo y eso), pero lo cierto es que cualquiera que me conozca sabrá que el tema de la melena lo llevo mal y que adoro a mis padres, que me adentraron desde muy pequeño en el infinito mundo de la literatura, el arte y el amor por los libros. Sin ellos nada habría sido lo mismo.
-Siguiendo con tus inicios, terminas Bellas Artes y conoces al grupo 7 Monos, de hecho serás conocido como el Octavo Mono. Lo primero cuéntanos la historia de este sobrenombre.
Con varios de los 7 Monos (Jordi Bayarri, Víctor Santos, Sergio Córdoba, Juan Pedro Quilón) comparto asignaturas, amistad y cafés en Bellas Artes y, a través de ellos, conozco al resto del grupo (Nacho Sanmartín, Mel C y Mel B (Manuel Castaño y Manuel Bartual) y Xoan Marín. La claridad de ideas que exhiben (porque en 7 Monos se tiene clarísimo que se aspira a la profesionalidad) me dejan epatado. Sin duda ellos son los que inclinan la balanza de Jesús Huguet hacia el mundo del cómic (tal vez el mundo haya perdido un gran escultor minimalista… tal vez no).
El tema mi “sobrenombre” es curioso (eso sí, que nadie espere una anécdota con descapotables, montañas de dinero y bellas mujeres). El nombre de 7 Monos es un homenaje a la película 12 Monos, de Terry Gilliam. Según cuenta la leyenda, en una de las reuniones de los monos originales se pusieron el “Monos”, por la película y el numeral “7” por el número de miembros… hasta que se dieron cuenta de que eran, en realidad 8. Pero (estos artistas) “8 Monos” no les gustaba… y se quedó 7 Monos (aunque fuesen 8). Por tanto, yo soy el “octavo mono”… aunque fui, en realidad, el mono número nueve. El nombre “El octavo mono” se lo inventó el ilustre Manuel Bartual y, en principio, era un “subsello” en el que iban a publicar autores que no pertenecían originalmente a los Monos. Al final únicamente publiqué yo… y me quedé con el nombre. Ya os dije que no esperaseis una peli de Bond, amiguitos. En cualquier caso, pido disculpas a todo aquel que pueda haberse sentido defraudado por el párrafo anterior.
Continuarà…
Etiquetes: Asovalcom, Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu
20/07/2016 a les 8:52 am |
[…] Ve d’ací […]