“Hagamos chapas” o “Refuerzo positivo”

El problema de ser tan analógico (medieval, dirían algunos… yo me considero más bien a vapor) es que algo tan sencillo como empezar un blog me costaba sudores y horrores. Por lo tanto, decidí concederme un refuerzo positivo a mí mismo… un pequeño regalo. y lo que se me ocurrió  fue hacer una pequeñísima tirada de chapas con algunas ilustraciones creadas a tal fin. Por ponerme una excusa, decidí reinterpretar una serie de personajes de novelas y televisión. Todos ellos son “viajeros del tiempo y del espacio”, aunque, ¿no lo somos todos, en realidad?

Esaú Cairn

Muchos hombres han nacido fuera de su época; Esaú Cairn había nacido fuera de su propio tiempo.  No era un débil de espíritu ni un salvaje primitivo, y su inteligencia era muy superior a la media; sin embargo, no había sido hecho para los tiempos modernos, en los que se sentía desplazado. Nunca he conocido a un hombre de tal inteligencia y que fuera tan incapaz de adaptarse a una civilización hecha para la máquina. (Se habrán dado cuenta de que hablo de él en pasado; Esaú Cairn sigue viviendo en lo que concierne al cosmos, aunque para la Tierra, ha muerto, pues no regresará a ella jamás. (Esaú Cairn es el protagonista de la novela Almuric, de Robert E. Howard.)

El doctor

Ni siquiera levantó la voz. Eso fue lo peor de la cólera del Señor del Tiempo. Y, entonces, descubrimos por qué aquel ser, que había luchado con dioses y demonios, se había escondido de nosotros: intentaba ser bueno. Apresó a mi padre con cadenas irrompibles, forjadas en el corazón de una estrella; engañó a mi madre, haciéndola caer en el vórtice de una galaxia del que nunca escaparía. Todavía visita a mi hermana, el mismo día, cada año. A ella la encerró al otro lado de un espejo, de todos los espejos. Y a mí me congeló en el tiempo y me dejó en los verdes campos de Inglaterra, para que fuese su protector. Queríamos vivir para siempre. Y el doctor nos enseñó lo que significaba. (El Doctor es el protagonista de la mítica serie de televisión de la BBC, Doctor Who.)

Martel, el Observador

Martel había observado entonces: todos estaban en peligro. A su alrededor las cajas torácicas subían a sobrecarga y bajaban a muerto, mientras él iba de hombre en hombre, apartando los cadáveres amontonados, tratando de observar a cada hombre, asegurando tornillos en piernas inadvertidamente rotas, apretando la válvula del sueño en hombres que, según los instrumentos, estaban desesperadamente cerca de sobrecarga. Entre hombres que trataban de trabajar y lo maldecían porque era Observador, mientras él intentaba llevar a cabo celosamente aquella tarea, manteniéndolos a todos vivos en el Gran Dolor del espacio. (Martel, el Observador, es el protagonista del relato Los observadores viven en vano, del escritor Corwdainer Smith.)

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